domingo, 22 de abril de 2012

I'm going back to the start


Estuve a punto de conseguirlo, rocé el éxito con la punta de los dedos. Estuve tan cerca. Ya me había olvidado del sonido de tu risa, del frescor de tus besos mañaneros, de cómo se sentía tener tus dedos serpenteando en el hueco de mi clavícula. Los recuerdos habían ido desapareciendo poco a poco durante un largo y arduo invierno y una primavera gris.
Estuve a punto, sí. Un día me levanté y por fin tiré el jersey que durante todo el invierno había evitado que tu olor desapareciera de entre las sábanas. Lo quemé en el jardín junto con un par de fotografías que encontré entre las recetas de cocina que tanto nos gustaba deshonrar las  tardes tontas de otoño. Aquel era el último paso, la última barrera. Estabas fuera de mi vida, definitivamente y para siempre.
Y entonces, cuando tiré a la basura la última tarrina de helado de chocolate, cuando por fin salí a la calle con esperanzas renovadas, alguien pasó a mi lado con tu perfume.

jueves, 5 de abril de 2012

The Earth without "art" is just "eh"


Ella era, quizás, el espíritu más inquieto  que él había conocido jamás, con todos aquellos cambios de opinión y todas esas idas y venidas. Lo que más le gustaba de ella era su arte, sus manos siempre llenas de pintura, su pelo sujeto con un par de pinceles, su vieja mochila que desprendía un permanente olor a aguarrás y sus Converse, en otros tiempos blancas, ahora lucían una extraña pero exótica y llamativa mezcla de colores. Le gustaba mirarla mientras ella solo tenía ojos para algo más, ya fuera el cielo, un coche o una anciana. Le gustaba como sus ojos viajaban inquietos de un lugar a otro, siempre insaciables, en busca de algo nuevo, de algo que tuviera algo que decir, de algo que mereciera ser captado. Le gustaba como no le importaba en absoluto que sus manos fueran ásperas y rugosas, y cómo hacía tiempo que había desistido de tenerlas completamente limpias. Le gustaba como parecía no necesitar a nadie para ser feliz, pero al mismo tiempo jamás rechazaba ninguna compañía. Le gustaba cómo parecía estar siempre en otro lugar, inaccesible para personas como él. Le gustaba su capacidad para mirarlo todo como si fuera la primera vez. Cada vez que lo miraba, él sentía que ella lo estaba descubriendo de nuevo. Era como una turista en su propia vida, siempre maravillada con las cosas cotidianas en las que los demás ni siquiera reparaban. Derrochaba creatividad por cada poro de su cuerpo, a su lado se respiraban ideas.
Ella era…ella era arte. En sí misma. Y desgraciadamente para él aunque el arte puede ser la vida de una persona, en ningún caso una persona puede ser la vida del arte.