miércoles, 16 de mayo de 2012

Hablando de recuerdos y vuelta de inspiración


Intentaré explicarlo con palabras, pero no tengo esperanzas de conseguir que lo entendáis.
Es difícil hacerle comprender a alguien que nunca la ha visto por qué es tan especial. Es solo una persona, otra más de entre los miles de millones que pueblan nuestro mundo.
Solo que no es una más.
Ella es como el viento. Juguetona, viva, inconstante, inquieta. Viene y va, te traiciona, se presenta cuando no la buscas y no está cuando esperas su aparición. Te desconcierta, te molesta, te acompaña, te empuja tanto en la dirección buena como en la mala. Lo más importante de todo y lo que tenéis que tener siempre claro es que no podéis contar con ella. No estará cuando la llaméis, cuando la necesitéis, cuando os apetezcaverla. Estará cuando a ella le de el capricho, porque ella es así, caprichosa, malcriada, infantil como ella sola.
Es la persona más infantil que he conocido, sí, pero también la más madura. A veces la miro y parece que tuviera dos años, y de repente envejece de golpe y parece que sus ojos han visto pasar todo un siglo de injusticias, de dolor, de lágrimas y de sufrimiento. Puede llorar por la pérdida de un pendiente y consolarte ante la más devastadora desgracia sin perder ni un mínimo de cordura. Puede enfadarse porque le lleves la contraria o suplicarte para que le digas lo que hace mal.
No, no intentéis entenderla. Si nadie lo ha conseguido hasta ahora, no vais a ser vosotros la excepción.
Tampoco sabréis decir qué es lo que tiene que la haga tan especial. Solo podréis decir lo que todos dicen: que tiene algo. Algo, algo que engancha. ¿Dependencia? ¿Adicción? No sabéis lo que es eso si nunca habéis oído su risa. No sabéis lo que es eso si no habéis seguido la cadencia de sus pasos ni os habéis perdido en la curva de sus pestañas. No sabéis lo que es eso si nunca la habéis visto llorar y habéis deseado hacerle sonreír, sin importar el precio a pagar. No sabéis lo que es eso si no necesitáis un poquito de su olor cada día para salir al mundo y afrontar la vida.
Entiendo que con todo esto os haya entrado la curiosidad y queráis conocerla para sacar vuestras propias conclusiones. Os diría que no lo hagáis, que será vuestra perdición.
Pero quien vive una vida entera sin haberla visto, no puede decir que ha vivido.
Así que adelante.
Yo os la presentaré.